Durante la 46ª sesión del Comité de Patrimonio Mundial de la Unesco, celebrada este mes en París, organizaciones advirtieron sobre el preocupante deterioro del Parque Nacional Canaima, en Venezuela, «causado por la minería ilegal y el crecimiento del turismo».
El reporte fue presentado por World Heritage Watch con el respaldo de la ONG venezolana SOS Orinoco. Según los datos recopilados por ambas organizaciones, más de 1.582 hectáreas del parque han sido degradadas por actividades mineras.
La fundadora de SOS Orinoco, Cristina Burelli, señaló que la zona suroeste presenta una alta concentración de puntos de extracción, con al menos 129 áreas afectadas. A esta cifra se suman balsas de dragado móvil no detectadas por imágenes satelitales.
Además del impacto minero, el informe advierte sobre los efectos negativos de un turismo creciente y mal regulado. En 2023, el parque recibió más de 20.000 visitantes, y según la organización, la falta de control sobre estas actividades está afectando ecosistemas frágiles.
La Unesco expresó su preocupación ante la falta de seguimiento por parte del estado venezolano. Añadieron que, desde 2022, no se ha podido reprogramar una visita técnica que fue suspendida por «falta de condiciones». La última misión de monitoreo data de 1999.
Ante esta situación, el Comité solicitó a las autoridades venezolanas entregar, antes del 01 de febrero de 2026, un informe actualizado sobre el estado de conservación del Parque Nacional Canaima, así como un plan efectivo para mitigar los daños antes mencionados.
Cabe destacar que Canaima fue declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad en 1994 por su valor natural excepcional, no solo por el Salto Ángel, la caída de agua más alta del mundo, sino por su riqueza ecológica dentro del escudo guayanés.