Un niño quedó atrapado en un ascensor y rezó para ser liberado, en un hecho ocurrido recientemente en Brasil.
Durante los minutos que permaneció solo dentro del elevador, el menor mantuvo la calma y sorprendió a todos por su serenidad, optando por orar en silencio mientras esperaba que el sistema volviera a funcionar.
Según testigos, el niño no lloró ni mostró señales de pánico, en cambio, juntó sus manos y pidió a Dios que lo ayudara a salir.
Al ser rescatado, aseguró que nunca se sintió solo porque «Dios estaba con él».
Su reacción ha sido destacada por la comunidad local como un ejemplo de fe y fortaleza espiritual ante situaciones de angustia.






