La tragedia ocurrida en la fábrica de fuegos artificiales Gallo Verde, en la Zona Industrial Sur de San Francisco, sigue dejando al descubierto historias de dolor y pérdida.
Una de ellas es la de Carmen María Villegas, vecina del barrio Unidad Lucha y Batalla, quien relató que la mañana del, 11 de septiembre, su vida cambió de forma radical cuando la explosión redujo a escombros la casa que su hijo había terminado de construir apenas la noche anterior.
«Antenoche terminó el hijo mío (de construir la casa), y ayer amanecí sin casa», dijo entre lágrimas al describir cómo la onda expansiva acabó con todo lo que poseían.
Villegas aseguró que no hubo tiempo de salvar nada y que la magnitud del estallido borró en segundos los años de esfuerzo de su familia.
«No nos dio tiempo de sacar nada, perdimos cédulas, perdimos todo», lamentó la fémina, al tiempo que pidió ayuda para poder levantarse de nuevo.
Aunque reconoce que el golpe material es devastador, la sobreviviente agradece que ella y sus seres queridos estén con vida.
«Gracias primeramente a Dios que nos dio la vida, nos dio otra oportunidad, y a todos ustedes» expresó.
Su historia refleja la dramática situación que atraviesan numerosas familias en la parroquia Marcial Hernández, donde la explosión arrasó no solo viviendas y bienes, sino también dejó profundas heridas emocionales.
Con información de Versión Final.